Focus, Daniel Goleman

Para entender de una forma amena y sencilla cómo funciona el cerebro y la mente humana, recurrir a Daniel Goleman (California, 1946) garantiza aprender y llevarse a casa herramientas útiles que implementar. En su libro Inteligencia Emocional expuso, negro sobre blanco, la relación entre el cerebro y las emociones, y se convirtió, de paso, en un gurú de la materia. En Focus, Goleman resalta la importancia de la atención plena y explica qué mecanismos de la mente humana la fomentan y permiten desarrollarla.
Para empezar, Focus desgrana el funcionamiento de la atención y cómo podemos llegar al estado de flujo —ese estado de concentración en el que el cerebro funciona a pleno rendimiento y, por tanto, la productividad está en su máximo—. Las personas sobresalen en una actividad cuando la realizan en estado de flujo, cuando la realizan con plena atención. Por tanto, la atención plena es una clave del éxito.
También la mejora y el desarrollo de nuevas habilidades requieren atención plena, ya que es en ese estado donde puede producirse la neuroplasticidad del cerebro —que se fortalezcan los circuitos cerebrales más antiguos y se establezcan nuevas conexiones—.
El valor de Focus reside en que va más allá de resaltar la importancia de la atención plena. Goleman aporta también pautas para desarrollar esa capacidad de concentración. ¿Y cómo se entrena la atención plena? Con mindfulness. El mindfulness —centrarse en los sentidos y el ahora, la meditación— ayuda a alejar la charla interna sobre el “yo”.
Como colofón, Focus detalla las tres dimensiones de la atención plena: la conciencia de uno mismo, la capacidad de leer a los demás —empatía— y la habilidad para ver el contexto mayor —el conocimiento sistémico—. Alcanzar el equilibrio entre estos tres focos de la atención constituye, para Goleman, los cimientos para convertirse en un líder sobresaliente.